lunes, 14 de abril de 2014

14 de Abril

Es curioso pero, quien más o quien menos, todos tenemos una especial capacidad para recordar fechas importantes: el primer beso, el aniversario, la primera vez, el día que firmaste tu primer contrato, lo que hacías el fatídico 11-S, o dónde estabas el 11-M.

Tal día como hoy de 2010, mi vida dio un giro de "ciento ochenta grados". 
Sí, precisamente, lo que estoy intentando hacer desde hace un tiempo y no logro, quizás porque le tengo respeto a las connotaciones de la palabra "cambio".

Era el último día de las vacaciones de Semana Santa. Tocaba regreso a León.
Aún recuerdo cada palabra, cada gesto, cada uno de mis parpadeos para que esa lágrima no resbalara por mi mejilla. Recuerdo el turno de trabajo que tenía mi madre y la primera persona que me picó a la puerta y me abrazó. 

Ese día, el tiempo se paró. Y para el calendario que tenemos en la cocina, también.

Desde entonces, he experimentado el vértigo subida a una noria de emociones, con la incertidumbre que te crea estar leyendo un libro y no saber qué pasará.
Como si fuera una princesa luchando contra monstruos que salen de un gran charco.
Una especie de superheroína, cuyos poderes han sido debilitados por el villano de turno.
Pero, sí, podría ser peor. Mucho peor.

El 14-A, lo tengo guardado en mi parte media de la caja torácica. 
Como si de un tatuaje en el alma se tratara: De esos que no dejan marcas en la piel, pero con los que te retuerces de dolor.

Con los años, he desactivado la bomba: He cortado el cable que lo conectaba con el disco duro de mi cerebro y que me repetía constantemente el tráiler de mi vida.

Y como de todo se aprende, he cambiado lloros por sonrisas como si fueran cromos repetidos. Me he convencido a mi misma de mi fortaleza (y no hablo de mis incipientes bíceps) y de lo que envidio la suerte de muchas de las personas que me rodean.

Hoy, 1460 días después; casualidades del destino, el 14-A ha vuelto a ser el protagonista de la "República Independiente de mi casa"

Esta vez para quedarse. Serás bienvenido.


"Si hay diez mil maneras de olvidar, de rescatarnos e intentar contarnos siempre la verdad por qué decir que no. 
Si hay diez mil silencios que evitar, ningún secreto que ocultar, no hay por qué decir que no"



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